Por Jaime Duarte Mtz.
Director del CISNE
Llama poderosamente la atención cómo en el último lustro se ha dado un boom inédito entre la juventud de los llamados zombis o zombies a través de los videojuegos, caricaturas, libros, TV y películas. Así, destacan por su éxito Resident Evil (hay 4 cintas con el mismo nombre); The Walking Dead, teleserie de AMC; Marvel Zombies, cómics, Dead Rising, videojugo de XBox y Wii, y el anticipado éxito taquillero del filme "Guerra Mundial Z", a estrenarse en junio de 2013, protagonizada por Brad Pitt.
Le doy un dato adicional que expresa claramente el auge del tema: Tan sólo en la industria cinematográfica estamos hablando de ¡más de 77 películas sobre zombies, de 2007 al 2012!
Fue el desaparecido Michael Jackson quien abordó primeramente el asunto en 1982 en su famoso video de la canción y álbum Thriller, con proyección mundial. Como se recordará, en este él se convierte en un zombie y baila con otros iguales a él, en una extraordinaria coreografía e impactante vestuario.
Pero, ¿por qué tanto interés de los jóvenes en el tema? ¿Por qué en México, incluso, cada año se lanzan a las calles del centro del D.F. disfrazados para bailar y pretender romper el récord Guinness mundial? (Una nota del diario El Universal da cuenta de más de 30 mil niños, chavos y familias que rompieron su propia marca el 2 de noviembre de 2012 en una caminata y concentración en el Zócalo). Ver la nota aquí.
Considero que este tipo de expresiones -presentes en todos los niveles socioeconómicos en la actualidad- es una señal de la creciente descomposición social y un síntoma de la crisis de valores (falta de los mismos, más bien, entre la juventud), donde el rechazo a lo bello, bueno y estético (al arte propiamente) se abre paso como una alternativa o escape a los estereotipos tradicionales. Más aún, revela desde mi perspectiva, el estado oscuro del corazón humano, que no conoce a Dios.
Y es que el término zombi o zombie, si bien tiene varias acepciones, tiene como denominador común: el ocultismo. Es decir, se trata aparentemente de personas muertas que "cobran vida" o movimiento, pero carecen de voluntad propia, mente y autocontrol.
Pero desde una perspectiva cristiana, la creencia en los zombies implica una apología al Malo. Sí, puesto que Satanás no puede dar vida al cuerpo -dado que sólo Dios puede darla esta mediante su rua (soplo divino)- entonces simula que tiene el poder para hacerlo. Al penetrar el cadáver con un demonio y moverlo a su antojo, finge ser capaz de lograr algo que no puede: ¡Dar la vida!
El fenómeno de los zombies en esta sociedad moderna es, en el fondo, una negación del misterio de la Resurrección de los muertos que profesamos quienes, por fe, creemos en Cristo (Camino, Verdad y Vida) al resucitarnos en un cuerpo glorioso y, al mismo tiempo, un rechazo abierto y directo del Tentador a lo hermoso y a la vida misma, porque como el ladrón "sólo viene para robar y para matar". (Juan 10, 10-20).
Creer igualmente en la reencarnación (oriental) en vez de la resurrección (cristiana), es una bofetada al Señor; va en la misma línea del rechazo al Amor de Dios por el género humano.
@JaimeDuarte
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